Dice la que hay que pararse alguna vez a ver los colores que estallan en Madrid cuando, al salir del metro en una tarde otoñal, el sol se va. En otoño, o en cualquier otra estación, cuando llegues a Madrid probablemente te vas a preguntar por qué no habías venido antes o por qué no vuelves más a menudo. Su energía inagotable te sorprenderá, pero también te invitará a maravillarte en sus calles y a abrazar tu viaje. Madrid es para vivirlo.